|
 |
|
 |
|
LA
IGLESIA |
La
iglesia de Tamames está dedicada a
Nuestra Señora de la Asunción. El
edificio posee un notable valor
artístico.
Parte
de su trazado, concretamente, la capilla
mayor, es del siglo XVI y se debe a Gil
de Hontañón, el mismo arquitecto que
interviniera en la construcción de la
Catedral Nueva y el Palacio de
Monterrey, entre otras relevantes obras
salmantinas. En ese mismo siglo, García
de Ruesga ordenó la estructura en tres
naves. En 1681, se llevaron a cabo
reparaciones a cargo de Juan Gómez Díaz
de Mendoza, quien ajustó en cuatro mil
quinientos reales la obra, consistente
en el reforzamiento de la estructura
mediante seis pilares y ocho arcos. La
sacristía es de época barroca.
Gran
parte del templo quedaría destruido en
el año 1710, en plena Guerra de
Sucesión. Años antes, muchos de los
vecinos optaron por guardar sus alhajas
dentro de la iglesia parroquial,
tratando de preservarlas contra la
rapiña de los soldados enemigos.
La
puerta de la iglesia es, según Píriz
Pérez, la mejor de su estilo, en toda la
diócesis de Ciudad Rodrigo.
La
iglesia destaca por su espaciosidad. En
el sector delantero de la nave, se
abren, a izquierda y derecha, sendos
camarines, con imágenes del Cristo del
Amparo y de la Virgen del Rosario,
respectivamente. Son obra del siglo XVII.
Sobre el frontispicio del camarín del
Cristo, campea un escudo nobiliario con
las armas de los Álvarez de Toledo y de
los Solís.
Entre
las piezas de carácter litúrgico que se
conservan en la iglesia, figura una
casulla de raso, con cenefas de santos,
fechada en el siglo XVI.
|
|

 |
 |
 |
|
EL
CASTILLO |
|
Es
probable que ya hacia el siglo XI
hubiese algún tipo de fortaleza en
Tamames. Según ciertas fuentes de
información, todavía en el siglo XIX,
dicha villa conservaba restos de
murallas; aunque estimamos que estos
datos se referirían al torreón medieval,
levantado, probablemente en la Baja Edad
Media; tal vez, en el siglo XIII y sobre
los restos de alguna fortaleza anterior.
Al menos, los relieves que ostentan los
sillares del doble dintel de la entrada,
que se abre hacia el sur, no
corresponden al siglo XIII, sino que son
prerrománicos, como bien apuntara el P.
Morán; recuerdan extraordinariamente lo
visigodo, lo que nos remitiría, en
principio, a los siglos VI-VII; a la
Alta Edad Media en suma. En cuanto a la
fecha de construcción de la primitiva
fortaleza, estimamos como probable el
periodo comprendido entre los siglos
VIII y X. Aquélla pudo ser coetánea de
las que, con cierto apresuramiento,
fueron erigidas poco después de la
invasión musulmana.
La
fortaleza mide 12,20 metros de lado por
unos 16 metros de altura, y el espesor
de los muros alcanza los 2,10 metros.
Disponía de tres pisos, y,
probablemente, estuviera almenada. La
obra es de mampostería de pizarra y
esquinada en granito. En los muros se
abren, a distinta altura, varias
saeteras. |
|

 |
Otra
de las razones para atribuir a la
fortaleza de Tamames un origen anterior
al siglo XIII, viene dada por por la
particularidad de que, entre los
relieves del dintel, aparece un blasón
con escaques, pero que no corresponde a
las armas de los Godínez, quienes
recibieron el señorío de Tamames en el
referido siglo. Ello quiere decir que,
probablemente, cuando don Alfonso
Godínez tomara posesión del lugar, dicho
torreón ya existiría, de otro modo, si
él lo hubiera mandado edificar, no
habría permitido, obviamente, que
labrasen otros blasones que no fueran
los suyos.
Texto
extraído del libro Historia de la
villa de Tamames, de Ramón Grande
del Brío
|
LA FUENTE
ROLDÁN |
No
todo lo de la fuente es leyenda, sino
también tradición. Desde el siglo XVIII,
las aguas de la citada fuente se vienen
utilizando con fines terapéuticos. Diego
de Torres Villarroel escribió: "Entre
las muchas y famosas fuentes medicinales
que están descubiertas y examinadas en
nuestra España, dudo que haya otras tan
prodigiosas y de visibles virtudes como
la de Tamames; porque además de ser sus
aguas una casi universal medicina,
suave, apacible y barata contra los más
comunes achaques y quejas de nuestros
cuerpos, son también preservativas de la
sanidad, rendimiento a los que la beben,
así de las enfermedades que actualmente
cura, como de otras en que puede caer la
naturaleza".
Son
varios y bellos los relatos de la
"Fuente Roldán" que han llegado hasta
nuestros días.
Uno
de ellos arranca de los tiempos del
emperador Carlomagno (724-814). Su
reinado estuvo dedicado casi
exclusivamente a las guerras de
conquista. Sometió a los lombardos,
avaros, sajones, bárbaros y en su
intento de conquistar España, donde las
discrepancias con los musulmanes
parecían brindarle la oportunidad de
grandes éxitos, llega hasta Zaragoza,
gobernada por Soleimán, quien pretendía
levantarse en armas contra su señor,
Abderramán I.
Dándose
cuenta el emperador de la dificultad de
la empresa que quería acometer, ordena
la retirada a sus tropas, entre las que
se encontraba su sobrino Roldán; pero en
el desfiladero de Roncesvalles, fueron
derrotados por los árabes o vascones,
sufriendo grandes pérdidas humanas.
Tras
la derrota, cuentan que Roldán escapó
hacia el interior de la Península,
siendo perseguido por el español
Bernardo de Carpio.
La
desenfrenada y veloz huida provocó que
el caballo de Roldán tropezara con una
roca, hincando la rodilla y arrojando al
caballero al suelo, no sin antes dejar
el caballo su huella sellada y picar el
caballero con la lanza la roca,
originándole un orificio por el que
empezó a fluir agua, como testimonio de
que tal caballero por allí pasara.
|
|


 |
Otros,
en cambio, relatan que Roldán encontró
la muerte a manos del español en el
lugar de la batalla; por tanto, el agua
no manó por su espada, sino que fue por
causa de la de otro insigne caballero.
Una
más versa sobre la historia de Don
Rodrigo (m. 714? ), último rey godo.
Cuando le sorprendió la muerte en
Segoyuela, un caballero misterioso tomó
su caballo y empuñó su espada. Al llegar
a estos parajes, apeose a descansar
apoyando el acero en una roca de que
emergió agua con un sabor y olor
especial, al igual que quedó sellada la
piedra que pisó el caballo, como símbolo
de la fuerza y el poder que su amo
ostentara. Ante su asombro, las aguas de
la Laguna Grande (por aquel entonces, se
presupone, existía en este lugar una
laguna formada por las aguas de la
Reguera Grande y el río Los Valles) lo
atraparon; y dicen que hay quien ha
visto el reflejo de la espada esperando
ser rescatada.
|
LA CUESTA |
|
|
|
|
LA POZA |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|